El Novedoso Sistema Anti-Incendios

      Ante la inminente publicación del libro sobre la construcción del Teatro Cervantes, su autora tiene la cortesía de adelantarnos, en exclusiva para nosotros, una singularidad más de este edificio.

Sábado, 27-jul-2013
 (Carmen Ravassa)

           Una vez más, y con mucho gusto, me pongo en contacto con vosotros para contaros otra curiosidad de lo que había en aquellos tiempos de la construcción del Teatro.

           El arquitecto del Teatro Cervantes, don Enrique López Rull, viajaba con cierta frecuencia al extranjero para estar informado de las novedades que hubiesen en el arte de la Arquitectura. Ello le llevó a conocer un sistema muy efectivo contra los incendios que pudiesen ocasionarse en un teatro. Fascinado con lo que conoció al respecto, no dudó en llevarlo a la práctica en ese Teatro que tenía entre manos.

       Así colocó esta pieza llamada “telón de seguridad”, detrás de la embocadura del escenario. Consistía en una gran lámina de metal, sujeta por una serie de poleas y cuerdas, que se bajaba en el momento que había un cortocircuito o un incendio, aislando así el escenario del patio de butacas, haciendo las veces de corta-fuegos, y evitando que el incendio se extendiera al resto del Teatro. Este sistema tan original era el más sofisticado de la época y por tanto, sólo utilizado en unos pocos teatros.

Los Palcos de Luto

Sábado, 6-jul-2013
(Carmen Ravassa)

Hola amigos del Teatro Cervantes. Me han invitado a que haga alguna anotación para los que sois seguidores del blog, y yo con muchísimo gusto acepto la sugerencia.

He escrito un libro titulado “Historia de una larga construcción: Teatro Cervantes de Almería”, cuya edificación duró casi sesenta años, ya que fue construido sólo con capital privado y cuando se les acababa, tenían que parar las obras hasta la consecución de más dinero.

Bien, pues os iré haciendo partícipes de algunos datos curiosos de aquella época, que yo desconocía, de vez en cuando entraré y os contaré algo de mis indagaciones, por ejemplo, hoy hablaré de los palcos de luto (Indicados en la foto, en el interior de los círculos).

Se llamaban así, porque como su propio nombre indica, eran utilizados por las personas que estaban de luto; ya sabéis que antes los lutos duraban mucho tiempo y la gente se los ponía por los familiares no sólo más cercanos, sino también por los “un poco más alejados”, pues duraban años. Esto hacía que casi no pisasen la calle en mucho tiempo.

Para remediar esto, en los teatros se construían estos palcos que estaban separados totalmente del resto, e incluso se entraba por otras rampas o escaleras distintas de las generales, para que nadie los viese. Tanto es así, que incluso el mismo palco estaba tapado por una celosía a través de la cual podían ver el escenario.

Ya, gracias a Dios, la sociedad ha ido, primero aligerando los lutos, y luego, dejándolos definitivamente, de forma que hoy no podemos comprender muy bien esos excesos e hipocresías, siempre pendientes del “qué dirán”.

           Bueno, amigos, hasta otra ocasión que os contaré otra cosa. Cuando el libro esté ya fuera del “horno”, haré su presentación, y lo indicaré por este medio, para los que estén interesados. Un abrazo.