Soldado de Nápoles

Viernes, 9-ago-2013

Pasado el medio día, los integrantes de la Asociación del Teatro Lírico Andaluz, con su alma mater a la cabeza, el impulsivo Pablo Prados, han llegado hasta las puertas del teatro, y han comenzado a descargar todos sus bártulos. Esperanzados de la respuesta que entre el público almeriense despierte el espectáculo de zarzuela, que esta compañía viene a representar, La Canción del Olvido, del maestro José Serrano.

El espectáculo resultó embriagante con la orquesta en el patio de butacas, junto al escenario. Revivimos otros tiempos, cuando la voz y la música no se almacenaban en fríos soportes informáticos, sino que era creada por los cantantes y músicos allí presentes. Durante la representación, las melodías invadieron el firmamento del patio de butacas para cautivar a todo el público a cada instante, seguro de evocar en días y años venideros la emoción arraigada esa noche.

Incluso para los jóvenes que asistieron la obra resultó placentera, pues a la salida más de uno tarareaba o silbaba las partes que más le habían gustado, o sonreían comentando las partes cómicas. La zarzuela es nuestro género, nuestro gran género. Cuando el cine comenzó en España, se hacían muchas películas sobre zarzuelas, ya que existía un público entusiasta y seguidor, y el cine per se era un desconocido, en los albores de su trayectoria. A través del tiempo, las melodías y las canciones han permanecido en nuestro recuerdo, quizás aletargadas, pero en cuanto alguien la promueve se despiertan tan vivas como la última vez que las disfrutamos.

La apariencia de algunas personas no delata todo el carisma que dimana de su personalidad. Ni el contacto con las tablas de un escenario aparenta el potencial conquistador que el teatro ejerce, para que algunos impulsivamente abandonen su anterior profesión, incluso con carrera universitaria, y se embarquen en una compañía teatral para actuar, cantar y ser inagotablemente felices.

Soldado de Nápoles que vas a la guerra;
mi voz recordándote, cantando te espera...

Soldado de Nápoles me quiso mi suerte.
La gloria romántica me lleva a la muerte.
No digas tu cántico, que aviva mi pena;
                     Si muero queriéndote, ¡Que muerte tan buena!
                                  

1 comentario:

  1. Anónimo2:11

    Qué bien escribes Peter. Me encanta tu estilo. Añoranza de un pasado con más cultura. Añoranza de un mundo mejor que aún podemos mejorar. Gracias Peter por existir!!!

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